atletico de madrid
Biografía
- Atlético de Madrid 1994
La primera vez que jugué en un equipo de fútbol 11 tenía diez años: el Rayo 13. Este año fue muy bueno para mí. A los tres mejores de la temporada les daban la oportunidad de hacer la prueba en el Atlético. Ese año marqué 55 goles en la Liga y por eso fui seleccionado. El día de la prueba, el campo de las Cruces en Aluche, estaba muy nervioso por las ganas que tenía de saltar al campo y de comerme el mundo. Al final, las cosas salieron como esperaba.
1995
Valdeavero (Madrid). Allí vivían Eulalio y Paz. Aparecen aquí porque en aquella casa se empezó a gestar mi sentimiento atlético. Eulalio, mi abuelo materno, era del Atlético, muy del Atlético. Mientras que mis paternas raíces gallegas me acercaban al Deportivo, mi abuelo no se cansaba de explicarme lo maravilloso que es ser rojiblanco. Un plato con el escudo presidía aquel salón. Yo lo miraba con la sorpresa del niño a quién los colores se le graban en el corazón. Ya era del Atleti.
Con once años entré en el Atlético de Madrid, era el primer año de alevín, y Manolo Rangel, mi entrenador. Esta época y gracias a Manolo, la recuerdo con especial cariño. Los entrenamientos y los partidos eran para disfrutar: es la fase de mi vida dónde más me he divertido jugando al fútbol. Pocos días después de entrar en el equipo hicimos un viaje a Bélgica, fue mi primera concentración, mi primer desplazamiento, estaba impresionado. El hotel, los compañeros, todo lo que rodeó ese viaje fue alucinante. Estaba viviendo mi sueño o lo que por aquél entonces más se podía parecer.
Pertenecer a un club como el Atlético de Madrid con esa edad, se vive con una emoción indescriptible, pero en aquel momento no podía olvidar que el fútbol era un simple hobbie. Para mi familia era otra cosa, casi un calvario, y digo calvario por el esfuerzo que los cuatro han hecho para que sea futbolista. Entonces, ninguno de los cinco sabíamos, ni tan siquiera pensábamos, que llegaría donde estoy. Mi padre, por las tardes, tenía que salir del trabajo para llevarme al entrenamiento en Orcasitas.
Otros días, mi madre me llevaba al campo en autobús y en tren, con frío, calor o lluvia, porque siempre estaba dispuesta. Ella me decía: “el día que te canses no volvemos más, no te sientas obligado a seguir en el fútbol”... pero yo nunca me cansé. También mis hermanos han tenido que llevarme a entrenar. Mientras yo jugaba, ellos estudiaban en la grada o en el banquillo de los diferentes campos a los que me tenían que acompañar. Sin mi familia nunca hubiese llegado al primer equipo, ni tan siquiera hubiera sido futbolista.
1996
Llego al Infantil B con doce años. Los partidos eran más difíciles, el resto de equipos tenían jugadores mayores que nosotros y eso se notaba. De todas formas, aunque no ganamos la Liga, quedamos bastante bien clasificados. Respecto al año anterior teníamos el mismo bloque pero ya se habían caído seis o siete chavales. Me pasaba el día jugando y estudiando.
1997
La temporada del Infantil A la inicié con trece años. Al equipo llegó gente de fuera de Madrid, recuerdo a Manu del Moral, Molinero o Sergio Torres, con éste último gané el Europeo sub-16. El fútbol seguía siendo una afición, pero ya sentía lo que era pertenecer a un equipo como el Atlético. Era mi tercer año en el fútbol base. Mi llegada coincidió con el doblete y esta circunstancia provocó que me identificase más con el Club.
En pocos años he vivido el doblete, el descenso, el ascenso, alegrías y decepciones tanto de aficionado como de jugador…. He visto llorar en la grada a personas de todas las edades, incluso he visto a la afición salir contenta del campo pese a la derrota del equipo. Estaban contentos porque habían visto a su Atleti.
A diferencia de equipos como Barcelona o Real Madrid, a los que sólo les vale ganar, la gente del Atlético es más de sentimiento que de resultado. A nosotros nos vale disfrutar y pasarlo bien cada domingo, luego si se gana mucho mejor. Esto es lo que me inculcó mi abuelo, éste es el sentimiento atlético.
1998
En Cadete cambié de entrenador. Pedro Calvo era quien dirigía el equipo. Con Pedro gané mi primer título importante. Le doy las gracias por su ayuda y sus consejos mientras estuvimos juntos.
En Cadete jugué un año, cuando disputamos las dos ediciones de la Nike-Cup, la nacional y la europea. En estos campeonatos estaban los mejores equipos: Real Madrid, Barcelona, Milán, Manchester United, Juventus… el nivel era bastante superior respecto de lo que había conocido hasta el momento. Y aún con esta competencia... ¡ganamos!
Los trofeos de ambas ediciones figuran dentro de los éxitos del fútbol base del Atlético de Madrid y, por si esto no fuera suficiente, fui elegido el mejor cadete del año. No me podía creer lo que me estaba sucediendo. Había pasado en poco tiempo de jugar con un grupo de amigos en el Rayo 13 a ser el mejor jugador europeo de mi categoría. ¡Y sólo tenía catorce años!
1999
Mi primer contrato con el Atlético de Madrid lo firmé con quince años. Había firmado con el Club de mi vida. De niño, cuando jugaba a las chapas, siempre lo hacía con el Atleti, si jugaba al fútbol con mis amigos me pedía ser Kiko y ahora realmente era uno más del grupo. Entré a formar parte del Club, era jugador del Atlético de Madrid.
Con edad de Cadete, disputé mi primer año de Juveniles, en Liga Nacional. El equipo estaba integrado por los cadetes que habíamos destacado y por los juveniles de primer año, con el fin de hacer un equipo fuerte para División de Honor. Aquí coincidí con el entrenador más importante de mi carrera: Abraham García. Pienso, deseo y espero que llegará muy lejos en su profesión. Se lo merece
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